Los ataques DDoS se encuentran entre las formas más comunes de ciberataque. A menudo hacen uso de redes (botnets) de dispositivos (bots) que han sido comprometidos por malware, colocándolos bajo el control del actor malintencionado.

Los intercambios de cifrado se han convertido en objetivos comunes de los ataques DDoS. Esto no es sorprendente, ya que los malos actores tienden a enfocarse en negocios de alto perfil, y la creciente conciencia de las criptomonedas ha puesto a los intercambios en el centro de atención.